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== Belén Masia ==
 
 
 
 
 
Muchos de nosotros ni siquiera nos paramos a pensar en cómo funcionan algunos aparatos de captura visual, como las cámaras de fotos o de vídeo, o incluso los ordenadores; o cómo trabaja el propio ojo humano cuando está capturando una imagen. Personas inquietas como Belén Masiá, han decidido dedicar su tiempo en investigar esta clase de fenómenos, y conseguir un mejor desarrollo y dotarlos ventajas para mejorar la vida del ser humano.
 
Muchos de nosotros ni siquiera nos paramos a pensar en cómo funcionan algunos aparatos de captura visual, como las cámaras de fotos o de vídeo, o incluso los ordenadores; o cómo trabaja el propio ojo humano cuando está capturando una imagen. Personas inquietas como Belén Masiá, han decidido dedicar su tiempo en investigar esta clase de fenómenos, y conseguir un mejor desarrollo y dotarlos ventajas para mejorar la vida del ser humano.
  

Revisión del 12:46 8 abr 2016

Muchos de nosotros ni siquiera nos paramos a pensar en cómo funcionan algunos aparatos de captura visual, como las cámaras de fotos o de vídeo, o incluso los ordenadores; o cómo trabaja el propio ojo humano cuando está capturando una imagen. Personas inquietas como Belén Masiá, han decidido dedicar su tiempo en investigar esta clase de fenómenos, y conseguir un mejor desarrollo y dotarlos ventajas para mejorar la vida del ser humano.


Estudios

Demostró sus excelentes capacidades académicas en todas las áreas, participó en la Semana de Inmersión en la Investigación, concretamente en Física, que organizaba hace años la Universidad de Zaragoza y que ella disfrutó en su último curso de Bachillerato, y obtuvo la mejor nota de Aragón en las pruebas de Selectividad al terminar sus estudios. Estudió Ingeniería Informática en Zaragoza, y posteriormente vivió durante ocho meses en Estados Unidos donde continuó su formación en el MIT (Massachusetts Institute of Technology de Boston). En la actualidad es investigadora en la Universidad de Zaragoza, en el terreno de la imagen computacional, además es profesora del Departamento de Informática e Ingeniería de Sistemas de la Universidad de Zaragoza (UZ) y miembro del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón. En 2016 presidirá el Congreso Español de Informática Gráfica.


Premios

Ha recibido varios premios a lo largo de su carrera. Uno de los más prestigiosos como el Eurographics Annual Award for Best PhD Thesis en 2015. Es doctora en Ingeniería Informática por la Universidad de Zaragoza y actualmente investigadora en el Graphics&ImagingLab del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A), Belén Masiá, ha sido seleccionada por MIT TechnologyReview en España como una de los '10 jóvenes innovadores con los proyectos tecnológicos más originales e impactantes del país' en 2015, que desde hace cuatro años otorga esta publicación, en los que se tiene en cuenta la trayectoria profesional y el proyecto presentado por cada candidato. Además, ha presentado su trabajo en instituciones internacionales de prestigio como Inria, Max Planck Institute, TsinghuaUniversity y Technicolor. Masiá también fue galardonada con un Nvidia Graduate Fellowship por su investigación en técnicas de imagen computacional, siendo además la primera vez que este premio, otorgado a investigadores que tratan de resolver los más complejos desafíos de computación visual, recaía en un investigador de una universidad española. También ha obtenido recientemente una beca Max Planck - Premio Príncipe de Asturias. Obtuvo el Premio Tercer Milenio en la categoría Joven talento investigador, tras unos inicios prometedores en el estudio y desarrollo de cámaras que captan imágenes y de pantallas que las reproducen. "Siempre trato de aprovechar los conocimientos de la percepción humana, los mecanismos por los que percibimos e interpretamos el mundo que nos rodea, ya que el hardware siempre será limitado". Ahora intenta que las cámaras se comporten como el ojo humano, que sean capaces de capturar imágenes en contraluz. Y en cuanto a las pantallas, investiga la evolución de los dispositivos 3D sin gafas. Según el director de tecnología de Nuubo, Agustín Maciá, miembro del jurado de los premios MIT Technology Review Innovadores menores de 35 España, el "trabajo, calidad y trayectoria" de Masiá demuestran "un alto grado de iniciativa innovadora y de potencial valor".

Trabajos

Era investigadora en el Max Planck Institute, uno de los principales centros en imagen computacional. Dejó este trabajo para incorporarse como profesora a la Universidad de Zaragoza Grandes compañías como Adobe, Disney, Nvidia o la poderosa Google, ya se han fijado en sus logros y en los resultados de sus investigaciones, y están financiando algunos de sus proyectos. Cualquiera que haya visto su currículum pensará que ella cuenta con muchos años de trabajo y estudio a sus espaldas, pero esta investigadora zaragozana tan solo tiene 28 años y tiene un gran futuro por delante. Para ayudar a persoans con problemas de visión

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay aproximadamente 285 millones de personas con discapacidad visual: 39 millones son ciegas y el resto presentan baja visión. Esta joven española trabaja en el desarrollo de nuevas técnicas computacionales capaces de disminuir estas discapacidades visuales. Un buen caricaturista es capaz de reproducir la cara de un personaje con sólo cuatro trazos. A partir de ese mínimo de información, el cerebro del observador hará el resto y reconocerá a un sujeto a partir de una imagen en la que solo hay cuatro líneas. Esa lógica que permite reconstruir un rostro a partir de muy poca información, pero muy relevante, es un ejemplo de compressive sensing, una técnica de procesado de señales en la que trabaja Belén Masiá. Pretende aplicar esa idea de reducir la señal visual a su dimensión mínima imprescindible a la mejora de dispositivos de ayuda a personas con problemas de visión. Masiá inició este proyecto a raíz de su tesis sobre imagen computacional que desarrolló en la Universidad de Zaragoza (España) y el MIT Media Lab (EEUU). Su objetivo es entender "cuáles son los trozos mínimos de información que el cerebro necesita para entender una imagen" para, a continuación, incorporar este conocimiento en forma de computación en los implantes retinales u otros aparatos auxiliares que actualmente ofrecen posibilidades limitadas. Tal y como explica Masiá, la cantidad de información visual que llega al cerebro procedente de la retina y que éste procesa en tiempo real es enorme, del orden de gigabytes por milisegundo. El córtex cerebral "destila" rápidamente los datos básicos de esa avalancha de imágenes para "obtener una abstracción de esa información, reducir la dimensionalidad y coger lo que realmente le importa", continua la joven.Masiá quiere emular mediante técnicas de compressive sensing este proceso que el cerebro realiza inconscientemente. Reducir la dimensionalidad de la información visual con estas técnicas consiste también en obtener una abstracción, en este caso, una representación matemática de la señal visual. Masiá explica que en lugar de entender una imagen como "un gran conjunto de píxeles" y operar sobre ellos, la idea es buscar "una representación alternativa" que mantenga sólo la información que el cerebro necesita para reconstruirla. "Los elementos constitutivos de la imagen ya no son los píxeles, sino descriptores matemáticos de los que puede extraerse la información semántica de la escena”, detalla la joven. Masiá explica que a menudo "reducen de tamaño la imagen directamente, sin un procesamiento avanzado de esa señal". Así, ofrecen imágenes en blanco y negro y de muy baja resolución, insuficiente, por ejemplo, para que el paciente pueda reconocer objetos. Masiá propone utilizar computación para superar estas limitaciones a través de una reducción más selectiva basada en compressive sensing que tenga en cuenta el contenido semántico de la señal. Para determinar los datos mínimos con los que el cerebro encuentra significado a una escena, Masiá planea incorporar a su sistema el conocimiento existente sobre percepción humana y funcionamiento del sistema visual. Hay aspectos como la sensibilidad al contraste (el cerebro no percibe valores absolutos de intensidad de luz, sino diferencias entre niveles de intensidad) o la constancia de color (la percepción de un color se mantiene aunque varíe la iluminación) que pueden formalizarse en ecuaciones. "El cerebro hace constantemente asunciones que queremos aprovechar incorporando su formulación matemática al esquema de compressive sensing", explica Masiá. El enfoque de esta joven podría integrarse en el futuro en diferentes hardwares, como un implante o unas Google Glass. Pero por ahora no se plantea crearlo para ninguno en concreto. En estos primeros meses está centrada en la creación del marco computacional que permita reducir a una abstracción interpretable por el cerebro la gran cantidad de información visual que llegaría a dicho hardware. Para crear ese marco Masiá está recopilando algoritmos y creando de una base de datos y una plataforma de pruebas. Quiere seleccionar los que mejor procesen la señal visual en el marco del compressive sensing. La base de datos que utilizan es un conjunto de imágenes y vídeos de los que los algoritmos aprenden para después, dada una nueva imagen, descomponerla y reconstruirla. El siguiente paso será incluir en los algoritmos más prometedores el conocimiento sobre percepción humana. También tiene previsto hacer estudios de usuario, en los que presentará a diferentes observadores las imágenes reconstruidas después de pasar por los algoritmos. Además, para reforzar su conocimiento sobre percepción visual, trabaja en paralelo con oftalmólogas del Hospital Universitario Miguel Servet (España). Con ellas está desarrollando una aplicación para diagnóstico de deficiencias visuales en bebés cuyo objetivo es estudiar el desarrollo cognitivo y visual del niño y automatizar la detección de indicios de discapacidad visual. Masiá explica: "Estamos digitalizando los tests que estudian aspectos como la sensibilidad al contraste que ahora se hacen de forma manual y queremos incorporarlos en un programa para tableta y automatizarlos". Luego planean utilizar un seguidor de pupila que pueda ayudar a asociar ciertos movimientos del ojo con determinada discapacidad.

En Imagen computacional

La labor investigadora de Belén Masiá se desarrolla en torno a la imagen computacional. Es éste un campo de trabajo que abarca todas las áreas de la imagen, desde los dispositivos de captura --cámaras, escáneres, equipos de tomografía-- hasta los de visualización --como monitores, proyectores, televisores-- y que busca superar las limitaciones inherentes al hardware introduciendo computación en el proceso, han indicado las mismas fuentes.

Los trabajos realizados por Masiá incluyen un método de obtención de aperturas codificadas para corregir el desenfoque en fotografías o el desarrollo de algoritmos que permiten adaptar el contenido visual a mostrar en una pantalla características específicas de la misma, modificando el rango de intensidad, o la profundidad de la escena.

Además, perteneció al equipo de trabajo que en 2013 presentó un sistema para fotografiar la propagación de la luz a una frecuencia efectiva de un billón de fotogramas por segundo. También ha desarrollado técnicas para evitar la fatiga del observador en monitores estereoscópicos.

Colaboración en el proyecto Femto-fotografía

Entre sus trabajos de investigación más destacados está la colaboración en el proyecto Femto-fotografía, que desarrolló una cámara capaz de capturar la luz en movimiento viajando a través de una escena (captura de vídeo a un billón de fotogramas por segundo). Masiá acometió también el desarrollo de un modelo para detectar cuándo una película en 3D va a provocar fatiga en el espectador, para así poder corregir las causas y que el espectador disfrute más de la experiencia 3D.


Entrevista

P.- ¿Cree que las mujeres lo tienen más difícil para prosperar tanto en el ámbito formativo como profesional (sobre todo en su propio campo)? R.- Yo creo que a nivel legal, o en cuanto a formalismos, somos iguales los hombres y mujeres en España, pero es verdad que la sociedad todavía no es completamente igualitaria. A lo largo de mi carrera no he tenido ninguna experiencia negativa, pero es verdad que no estamos ahí: es obvio que la diferencia salarial existe. El mundo en el que yo me muevo (un mundo de hombres) faltan muchos modelos femeninos: los niños a veces se mueven por sus modelos a seguir, y si hay pocas mujeres a seguir es más difícil. Es por eso que participo en muchas jornadas y foros de ingeniería e investigación, como la de la Universidad de Zaragoza, para que las chicas jóvenes vean que la ingeniería no es sólo cosas de hombres. P.- ¿Considera que hay que prestar una especial atención en fomentar la investigación en los más jóvenes? R.- Lo importante es que desde pequeños conozcan que es una posibilidad, porque yo desde luego no lo supe hasta llegar al final de la carrera universitaria. Creo que si se les acerca la investigación, y se les muestra que aquí en España se hacen grandes cosas, habría más estudiantes interesados en trabajar en este ámbito, aunque me gustaría recalcar que aquí, en la Universidad de Zaragoza, sí que se hacen cosas muy buenas en este ámbito.

"Hay gente que contra viento y marea saca adelante trabajos impresionantes, que a veces es muy difícil con las condiciones con las que contamos. Cuando hablo con gente de fuera alucinan con lo que podemos hacer con el poco presupuesto que tenemos, lo que consideran un mérito. Es un campo muy sacrificado, requiere mucho esfuerzo y renunciar a muchas cosas, pero da muchas satisfacciones y es muy gratificante, y te da mucha libertad que no te dan muchos trabajos. Y eso debería saberse más"

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